Entendemos que un Plan Estratégico debe ser un instrumento interactivo que recoja la visión futuro que tiene de sí misma la comunidad a la que va dirigido.

Una vez establecida esta visión estratégica de desarrollo, con sus objetivos, estrategias y planes de acción, debe crearse algún tipo de procedimiento, órgano o mecanismo que se comprometa a su implantación, seguimiento, mejora continua, y en su caso modificación o revisión, fomentando una cultura de colaboración entre agentes públicos y privados, para entre todos gestionar mejor la ciudad.

Desde el punto de vista político, el Plan Estratégico de Melilla no debería ser un Plan de Gobierno; debe ser más bien un Plan de Ciudad, al que se incorporen, tanto los compromisos de todos los representantes políticos, como los objetivos legítimos de los agentes privados.
Este Plan debe ser el marco de referencia para que todos los agentes económicos y sociales de la ciudad y los que pretendan invertir o instalarse en ella, puedan acomodar en él sus propias estrategias.
Se ha procurado que las acciones propuestas tengan un alto grado de consenso en la ciudad, lo que debe evitar discusiones entre los distintos agentes sociales, políticos y económicos de la ciudad.
Para el adecuado desarrollo del plan, se considera conveniente:

  1. Dar la máxima divulgación de las estrategias y acciones previstas por el mismo
  2. Disponer de una organización mixta en la que participen los máximos responsables del gobierno de la ciudad y de los responsables de los agentes económicos y sociales que en ella actúan.
  3. Alcanzar una alianza entre los sectores público y privado que facilite la implantación y el seguimiento del Plan Estratégico.
  4. Realizar un seguimiento de objetivos e indicadores y evaluar periódicamente los resultados