Definición del Plan Estratégico Melilla
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EJE ESTRATÉGICO 3:
Melilla, ciudad del bienestar y las culturas

El tercer Eje Estratégico se centra en asegurar a la población la disponibilidad de  unos servicios sociales, sanitarios, culturales, deportivos, lúdicos y de seguridad ciudadana, equiparables al resto de España y en todo caso comparables a los de una ciudad europea con alta calidad de vida.

Los Objetivos Estratégicos que se plantean en este Eje son los 5 siguientes:

3.1. Garantizar un nivel adecuado de servicios sociales

En el actual Estado de Bienestar, los servicios sociales constituyen una de las preocupaciones básicas que más afectan a la vida diaria de los ciudadanos.

Con esta Línea Estratégica se pretende garantizar un nivel de servicios sociales adecuado a las características específicas de Melilla, es decir, de una ciudad europea, moderna, pero fuertemente condicionada por su situación como frontera exterior de la Unión Europea.

Desde un punto de vista estratégico, el desarrollo de la ciudad debe ir acompañado de un desarrollo social vertebrador, que tenga como objetivos básicos:

  1. La prevención y la eliminación de las causas de marginación social y de desigualdad.
  2. La promoción de la integración social de personas y colectivos.
  3. La colaboración al pleno y libre desarrollo de las personas con un sistema de servicios sociales que atienda a todos los ciudadanos.

Ello exige disponer de un sistema de servicios sociales que, en un marco de justicia y de bienestar social, asegure el derecho de las personas a vivir dignamente durante todas las etapas de su vida, procurándole la cobertura de sus necesidades personales básicas y de las necesidades sociales.

En este contexto deberán promoverse, entre otras, actuaciones que mejoren la conciliación de la vida laboral y familiar, la prestación de servicios a personas mayores y dependientes, la igualdad de la mujer, la integración de discapacitados y de otros colectivos desfavorecidos, el apoyo jurídico y psicológico a personas maltratadas y a menores desprotegidos y, especialmente, las actuaciones dirigidas a facilitar servicios integrados de apoyo a la familia.

Todo ello con respeto a principios básicos como la universalidad, la igualdad, la coordinación de las administraciones públicas, la calidad y, fundamentalmente, la eficiencia y eficacia de las prestaciones, lo que exige implantar mecanismos de flexibilidad y de adaptación a las nuevas necesidades.

En este sentido hay que precisar que existen sobradas experiencias de la articulación de servicios sociales en ciudades frontera “norte-sur”, que deben ser adecuadamente incorporadas al sistema y al modo de gestión de los servicios sociales en una ciudad como Melilla.

Se requiere, sin embargo, un mayor esfuerzo tanto de la Administración Central española como de la Administración Europea, para abordar los problemas sociales que genera la condición de Melilla como ciudad fronteriza de la Unión Europea.

3.2. Fomentar la Cultura como vehículo de cohesión social de todos los melillenses

Los modelos sostenibles de crecimiento económico y social requieren incluir como parte fundamental el fortalecimiento de la cultura y el respeto a la diversidad cultural de las sociedades a los que van dirigidos.

Pero la cultura no sólo es un factor de cohesión social, cada vez son más evidentes las significativas contribuciones de la cultura al crecimiento económico y la consiguiente necesidad de vincular con fuerza las políticas culturales con las políticas económicas, comerciales, sociales y fiscales.

En este contexto resulta necesario el apoyo público a las contribuciones de la sociedad civil, fomentando las “industrias y actividades culturales”, tanto por que pueden representar una actividad económica, con una importante contribución a la renta de la ciudad, cuánto por que constituyen un vehículo de expresión de la diversidad cultural de la ciudad y un elemento de cohesión social y de calidad urbana de notable interés.

El Plan Estratégico desarrolla acciones dirigidas a modernizar la gestión cultural de la ciudad con criterios de flexibilidad, eficiencia y eficacia, fomentar las actividades culturales y las "artes plásticas urbanas", mejorar la comunicación a los ciudadanos del desarrollo de actividades culturales y potenciar las fórmulas creativas de ocio y tiempo libre, creando progresivamente una conciencia de identidad y valor en los ciudadanos de la ciudad de Melilla.

3.3. Fomentar y proteger la práctica del deporte y de las actividades lúdicas

El deporte constituye cada vez más un elemento de identidad y de cultura de las ciudades, pero al igual que las otras facetas de la cultura también aporta una creciente contribución económica y ayuda decisivamente a fomentar el buen estado físico y psicológico de las personas, mejorando la salud.

La práctica deportiva, las actividades lúdicas, de recreación y de aprovechamiento del tiempo libre favorece la construcción de una sociedad equilibrada, por lo que las políticas públicas deben involucrarse en su promoción y desarrollo, con acciones dirigidas a rescatar y promover las potencialidades de los deportistas locales, a implementar juegos y encuentros deportivos escolares y comunitarios,  a fomentar las actividades lúdicas para la tercera edad y a desarrollar programas que favorezcan la salud física y mental de los ciudadanos.
Ello exige la adecuación y mantenimiento de los escenarios deportivos, fomentando la multifuncionalidad de las instalaciones deportivas y ampliando la oferta pública y privada de este tipo de actividades.

3.4. Garantizar niveles de atención y servicios sanitarios homologables a los del resto   de España

El derecho a la protección de la salud está reconocido con carácter universal en el artículo 43 de la Constitución Española y en las leyes básicas que lo desarrollan (para “todos los españoles y los ciudadanos extranjeros que tengan establecida su residencia en el territorio nacional).

En la actualidad el Sistema Nacional de Salud constituye el marco de garantías para la protección de la salud de los ciudadanos. Su política, orientada a la superación de los desequilibrios territoriales y sociales, se establece a través de un modelo descentralizado en las Comunidades Autónomas; actualmente Ceuta y Melilla no forman parte de este modelo descentralizado, manteniéndose reservadas las competencias en este ámbito a la Administración Central del Estado.

Esta estructura descentralizada de los servicios de salud pretende mejorar la eficiencia de los recursos del sistema, ajustándola a las necesidades y peculiaridades de cada territorio y garantizando en todo caso el acceso general a todos los recursos existentes en la red pública cuando sea necesario su uso.

No parecen existir razones de fondo, que apoyadas en ninguno de los principios de eficacia, celeridad, economía y flexibilidad que rigen el sistema, para excluir a Melilla y Ceuta de la descentralización y autonomía instaurada en el resto de España; por ello, en este apartado, y en aras a un mejor cumplimiento de estos principios, parece necesario, como mínimo, llevar a cabo los estudios y propuestas oportunas para que las competencias en materia de salud se incorporen  con cierto grado de autonomía a la ciudad o al menos para que el gobierno de la misma participe adecuadamente en la toma de decisiones en este ámbito.

La adecuada coordinación de las políticas sanitarias con otras políticas socio-sanitarias y de salud (accidentes laborales y de tráfico, regulación y control del agua, aire y alimentos, ayudas a familias con dependientes a su cargo, etc..) deben ser un objetivo básico de las actuaciones propuestas en este plan, cuyo objetivo último es la equiparación de los ratios de atención sanitaria a la media nacional, teniendo en cuenta la población real demandante (extranjeros no residentes) de servicios sanitarios públicos en la ciudad, lo que le hace sufrir de forma agudizada los problemas generales del sistema en España (insuficiencia financiera, reducido papel de la atención primaria, largas listas de espera,  escaso tiempo de visita en atención primaria, baja calidad de determinadas prestaciones, etc..).

Los ciudadanos de Melilla no tienen que tener peor acceso que la media de los ciudadanos españoles, al conjunto de los servicios sanitarios que asegura el Sistema Nacional de Salud.

Otro aspecto a tener en cuenta en este apartado son las posibilidades estratégicas que ofrece Melilla para el desarrollo de una medicina privada de nivel europeo, con especial presencia de determinados servicios y especialidades, y que ofrezca servicios tanto a la población de la ciudad como al entorno marroquí; entendemos que desde los poderes públicos deben explotarse estas potencialidades realizando los estudios y gestiones oportunas para convertir a la ciudad en un centro de salud especializado y aprovechando para ello las oportunidades que ofrecen los fondos públicos para la cooperación al desarrollo sanitario en países con necesidades en materia de salud y otros instrumentos de cooperación nacional e internacional.

Finalmente entendemos que deben potenciarse determinados servicios, como los de geriatría y gerontología, cuyo déficit en la ciudad es especialmente destacable

3.5. Garantizar un nivel adecuado de seguridad ciudadana

La calidad de vida de las personas y de la comunidad exige un nivel adecuado de seguridad ciudadana que debe lograrse mediante la acción conjunta de todas las autoridades implicadas.

La política de seguridad no afecta estrictamente al orden público; políticas laborales, culturales o sociales integradoras que optimicen el uso de su tiempo libre, políticas y actividades de educación para la no violencia , de prevención de la deserción y del abandono escolar, políticas de diseño urbano, de iluminación, etc., pueden y deben contribuir decisivamente a la mejora de la seguridad.

La adecuada coordinación de estas acciones entre las distintas autoridades y entidades públicas y privadas afectadas y en sentido complementario la adecuación de determinadas normas a las peculiaridades de la ciudad (justicia penal de menores, ley de extranjería, sistema de sanciones alternativas a la reclusión, etc..), junto a la implementación de un sistema judicial accesible, rápido y eficaz que minimice la impunidad de los delitos, constituye un Objetivo Estratégico básico para conformar Melilla como una ciudad europea, moderna y avanzada.

El objetivo básico estratégico es, pues, en última instancia conseguir, como mínimo, la equiparación de los ratios de seguridad con la media de España, teniendo en cuenta la localización fronteriza de Melilla y la inseguridad potencial derivada de su vecindad.

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